Navidad Ardiente

¿Se imaginan
un Santa Claus en una tabla de surfo un moñeco de nieves hecho de arena? Nos parecería extraño ¿no? Pero no en
Australia. De hecho, como allí el calor es agobiante, llegando a tener una
temperatura de hasta 30 grados centígrados, para los australianos esto es lo
más normal. La cena navideña va desde una cena en familia hasta un picnic el
parque. Por lo general, la gente va a la playa y demás. Una tradición muy
importante en la ciudad de Melbourne es la velada de “Villancicos a la luz de
las velas,” celebrada desde el año 1937. En esa noche miles de personas se reúnen
a cantar villancicos tan solo con la luz de las velas. Esto es realmente
conmovedor.


Por último, en Paraguay, que es un país con mucha influencia
indígena, pero también es muy católico, la gente acostumbra a tener un
Nacimiento en cada casa. Pero este, por supuesto, está adornado con algunas
frutas tropicales, incluida entre ellas sandias, y flor de cocotero. Es
tradición que los niños vallan casa por casa a cantarle villancicos al niño
Jesús. Que tierno ¿no? Y los dueños de las casas, como agradecimiento, les
regalan dulces. Y por último, quien regala a los niños no es papa Noel, sino el
hombre del saco. Suena un tanto siniestro. Este hombre solía robar niños. Pero
cuenta la leyenda que Dios, como penitencia por todas sus maldades, le
encomendó llevar juguetes a los niños.
Ya que hemos visto algunas de las tradiciones del sur nos
damos cuenta que aunque cambie la forma, es espíritu es el mismo. Pueden cambiar
las formas, el clima y un sinnúmero de cosas, entre ellas algunas que nos
resultan graciosas como la expresión “Navidad ardiente,” ver a Papa Noel en pantalones de cortos y
lentes de sol o el famosísimo Papa Noel en una tabla de surf. Sin embargo todo
es lo mismo aunque la presentación sea diferente.
El espíritu navideño es el mismo y se resume en compartir con
la familia y pasar un buen momento. En este tiempo vamos de visita a algún
lugar o vienen a visitarnos. Y no importa de qué religión seamos, compartimos,
disfrutamos, cenamos y fiesteamos. Como quiera que lo veamos haga frio o calor,
el ambiente es el mismo. Y no importa que climas tengamos, siempre será el
mismo espíritu de Navidad.
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